jueves, 21 de febrero de 2008

La luna llena, Chopin y la prioridad

Hoy me llega un mensajito de alguien muy especial recordándome que es luna llena (será que últimamente no tengo tiempo ni de mirar al cielo, que es algo muy sano y antaño hacía más a menudo). Hay quien le pide deseos a la luna (qué bien eso de pedir un deseo cada 24 días), hay quien sólo pide un deseo cuando sopla las velas de una tarta de cumpleaños y hay quien los pide todas las noches antes de ir a dormir... Pero respecto a la luna, a mí la que más me gusta es la "turca", esa que puedes ver dos días antes y dos días después de la luna nueva, esa que aparece en el cielo como si fuera una sonrisa, así de soslayo. Yo, si pidiera deseos a la Luna, se los pediría a esa... :), pero hoy he hecho un extra, y le he pedido uno para una amiga que anda queriendo quedarse embarazada...

Y Pau me ha llamado para preguntarme qué tipo de profe ando buscando, si prefiero uno de clásica o de música moderna (ando buscando un profe de piano...), y así de refilón me deja caer si quiero tocar a Chopin o prefiero tocar de todo. La verdad es que me conformaría con tocar a Chopin, que es casi todo :p, pero creo que "pediré" un profe de música modelna...quién sabe si así también algún día conseguiré que suene Comptine d'ete y otras cosillas que tengo por ahi guardadas. De todas formas, como casi todo últimamente, todo está condicionado a que Calabacita lo apruebe. De momento el piano lo soporta bien, pero yo apenas le puedo dedicar diez minutitos diarios, cuando ella ya ha pillado el sueño, y eso en el mejor de los días, cuando no caigo rendida y me duermo a su lado, cuando ella por fin ha decidido que quería dormir. Yo no entiendo demasiado de métodos Estivill. Acabo haciendo con ella lo mismo que intento hacer yo: comer cuando tengo hambre, y dormir cuando tengo sueño... y salir a todas horas, si es posible. No sé si lo estoy haciendo bien, pero ella, cuando se despierta, me mira y sonríe... así que debe ser bueno.

Últimamente estoy dejando cosas a las que tengo que darle un poquito de prioridad. Cosas relacionadas con el curro. Este sábado tenía dos cosas pendientes: por un lado unas jornadas de asesoramiento de las opos a las que me apunté hace unos meses, un día que tenía las baterías cargadas. Por otro, un encuentro con los profes de Fundemi, de hecho, las jornadas anuales de profes y colaboradores (este año parecen un poco rollo, porque el tema era como resolver con éxito una entrevista con los medios de comunicación, que ya me dirás a mí...). Pero en realidad, lo de menos es la conferencia, y lo de más que te vean.. aunque este año va a ser otra vez que no (aún no sé cómo me siguen invitando si creo que sólo he estado un par de veces en esas reuniones). Y lo de las opos es un frente abierto, que no hay manera de ponerse en batalla, pero es que realmente no tengo tiempo material para estudiar, porque la melona es la prioridad actualmente.

martes, 19 de febrero de 2008

Dice Espido Freire...

... que a los ex-novios hay que ajusticiarlos cuando dejan de ser novios.
No sé si se le va un poco la pinza a esta chica, o tiene algo de razón :)

viernes, 8 de febrero de 2008

Tres años...

Se acerca y le toca la cabeza a Calabacita. Me pregunta si es un bebé... Sí, es un bebé. Se llama Sara, y tiene tres años. Me recuerda a otra niña, también de tres años y con un nombre similar... Qué hace. Come. Qué come. Teta, le doy leche, yo soy su mamá... Creo que ha reservado la palabra "mamá" para una sola mujer: la que está en la otra mesa y que le dice continuamente "Sara, no molestes". Pero Sara mira mi pecho y a Calabacita que no deja de mamar y repite continuamente "come leche". Y me recuerda que yo soy su mamá... :)
Una mesa más allá se sienta un antiguo alumno mío. Cuando estamos a punto de marchar se da cuenta y viene a saludarme. Me confiesa que está cansado de la informática y que va a estudiar fotografía... Las mismas palabras que yo pronuncié hace poco más de un año.
Es curioso cómo la gente entra en nuestra vida. Cómo se va y qué es lo que queda de ellos en nosotros. Pero de alguna manera tendríamos que ser capaces de comportarnos como niños: ellos son capaces de acabarte de conocer y tratarte como el mejor amigo del mundo, pero si desapareces, raramente te echaran de menos. Eso es lo más parecido a vivir el momento.