sábado, 24 de noviembre de 2007

Caminando a dos.


Ando estos dias entre nanas, esterilizadores y aspiradores (de esos de quitar mocos a las criaturas..). La verdad es que nunca imaginé que fuese tan duro y tan gratificante a la vez. Cuando llega Juani y me dice que acaba de salir de un bar con sus humos y sus cervezas, me da una envidia del copón, y me pregunto en qué momento podré volver a "ir de bares" (espero no tener que esperar a que la enana tenga quince años!!!). Sé que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida, y sólo hay que mirarla cuando sonríe, pero eso no quita que sea duro, que a ratos te preguntes cuándo tu vida volverá a ser tuya, y que cuando la gente que viene de visita te dice: "oye, que si quieres un canguro, yo te hago...", tú hagas una lista interna y pienses: "vale, me lo apunto.. ¿eh?.. que tengo algunos sábados noche que todavía quiero disfrutar!!!!!" (esto ya me lo advirtió Lola "pitonisa" y sus cartas...).
El otro día en el grupo de lactancia al que voy los miércoles, una de las madres se echó a llorar. No hacía más que repetir que su hija no tenía la culpa, que era muy buena, pero que parecía que sólo existía ella, y que no podía más. Neus, que es un sol, simpelement le dijo que le parecía maravilloso que las madres utilizáramos este espacio para "llorar", y que todo lo que salía por el lagrimal no saldría por la teta y que levantase la mano la que alguna vez había tenido que ir al baño con el niño en brazos, o la que se había olvidado de peinarse (¿qué es una peluquería?)... que su situación era similar a la que habíamos pasado muchas de nosotras y que era importante no sentirse sola... Y no... la verdad es que en breve las lágrimas se convirtieron en risas... y algo mágico pasó entre su hija y ella, cuando Neus le explicó de qué manera tan natural podrían encontrar la mejor postura para amamantarla, de manera que fuese lo más cómodo posible para las dos....
Tengo algo en mente, un pequeño gran proyecto, de esos de ponerme pilas. Cuando se lo conté a J. me dijo: "ya está, Fátima, ya vuelves a ser tú, con tus idas de olla...". Y sí, será este instinto materno que se me está despertando, pero vuelvo a preocuparme por ciertas cositas que pasan a mi alrededor y que últimamente había olvidado.