domingo, 9 de septiembre de 2007

Girona m'enamora

El Onyar, y las casitas de colores, y el jardín medio escondido detrás de la Catedral, y la gárgola de la bruja que convirtieron en piedra...
No sé cuánto tiempo hacía que no paseaba por las callejas empedradas de Girona (nada recomendable pa las que les gusten los taconazos). Seguramente la última vez fue en alguna de les Fires, que no nos perdíamos, cuando Edu nos invitaba a casa de sus padres y acabámos allí a puñaos. Recuerdo fotos e imágenes de esa ciudad donde en algún momento de la vida pensé en instalarme. Pero no lo hice. Porque entonces las prioridades eran otras, y me podía más el querer compartir la vida con una persona que el decidir dónde hacerlo. Así que acabé en otra "ciudad" que no tenía nada que ver con la afrancesada Girona (Mariajo le llama "la ciudad seta"... y sí, apareció un poco como los champiñones...:) )
El finde me llevó otra vez a Girona. Además me devolvió un puñao de gente que hacía mucho tiempo no veía. A Katrina y a Ferrefefe especialmente. Katrina vive ahora en Bilbao, donde estudia Bellas Artes. A los cuarenta tacos, como si tuviera menos de veiente (pero es que Katrina siempre ha sido un poco así). Recuerdo que hace un par de años me la encontré en el metro de Barna, y la reconocí por el olor a sándalo que parece que se desprende de ella. Está más mayor. Pero es que todos estamos más mayores... Como decía Fernando: "cuánto hemos cambiado.... de pasar hambre a tener un bosque"... Y es que Fer y Roberto se han comprado un terruño en Tordera, lleno de alcornoques, pinos y algún castaño. Y quiere llenarlo de esculturas (¿cómo se llama ese tipo que tiene la sierra de Irati pintada de colores??).
La "fiesta" de inauguración de la casa de Jose me agobió pelín. Demasiada gente que no conocía, en un momento en que estoy pelín "autista"