jueves, 25 de octubre de 2007

Los momentos decisivos

"Como en todo juego de azar, el rumbo de una vida puede cambiar en un instante. Se trata de una posibilidad esperanzadora pero también terrible: el imprevisto punto de inflexión, la falla repentina, la dislocación de un destino...". Son palabras de Felipe Benítez Reyes en el prólogo de un libro curioso de título "Los momentos decisivos", donde nueve personajes explican su personal "momento decisivo".
Yo creo que todos hemos tenido "algún momento decisivo" en nuestra vida... ese hecho, ese encuentro, esa decisión que nos ha llevado a un determinado lugar (y no a otro) y de alguna manera nos ha condicionado un buen trecho del camino (y no, no tiene que ver con "el momento decisivo" de Cartier-Bresson... o sí.. quíén sabe si podremos encontrar la conexión con la imagen. El caso es que pensando, me vienen a la cabeza un par de momentos de esos, en que se produce un punto de inflexión y cambia la curvatura de la vida...El primero tiene que ver con la carrera que estudié, que sí, creo que me condicionó. Condicionó la vida que luego he tenido: los amigos, el novio con el que luego me "casé", el(los) trabajo(s) que he tenido... e incluso determinadas decisiones que luego he tomado, como mi viaje a Madrid, que tiene que ver con la búsqueda de "algo" que te permita huir de "esto"... El segundo tiene que ver con decidir ponerme una prótesis en la cadera.. aunque decidir es una manera de decir que ya no había mucho más que hacer. Hubo un antes y un después nuevamente. Y seguramente, la tercera tiene que ver con el día que me di cuenta que estaba embarazada, y decidí seguir adelante, aunque estuviese sola (en aquel momento no lo estaba, aunque sabía que lo estaría....). Ahora queda poco para que llegue Maria e intuyo que mi vida nuevamente va a tomar otra curvatura..

Hoy me encontré a un antiguo compañero del colegio. Alguien a quien no veía desde hace más de veinte años... ¡veinte años!. Y de repente alguien te mira y te dice tranquilamente: "¿Fátima?".. y tú te quedas algo así, como traspuesta... y acabas haciendo un repaso de todos aquellos niños y niñas de barrio que dejaste atrás... A veces esos reencuentros sirven para hacer un repaso de la vida, aunque te parezca que sólo llevas recorrida la mitad, y que (como dice la canción), lo mejor está por llegar.